martes, noviembre 29, 2005

 

En la oficina

Hoy nieva y hace frío. Y yo un poquito me siento así, nevado y frío. Porque en días como estos tal vez se añora más a los seres queridos y, sobre todo, al ser más querido.

No obstante es un paisaje que me agrada y confío en poder compartir con ella. Aunque ahora mismo todo esté nublado y no alcanzo a ver los rayos del sol.

No estoy acostumbrado a la nieve y me fascina ver caer los copos blancos desde el manto grisáceo celeste, cubriéndolo todo lenta pero inexorablemente. Lamentablemente no me he traído hoy la cámara, por lo que no puedo mostraros con una imagen lo que estoy viendo.
Sin embargo tengo algunas fotos, de hace ya unas semanas, de la Oficina Económica de la Embajada Española en Milán, que no cambia nieve, llueva o luzca el sol, por lo que a pesar de antiguas las fotos siguen siendo igual de válidas. Este, si todo va bien, será mi puesto de trabajo durante otros diez meses.
Me considero afortunado, pues tengo unos compañer@s de trabajo estupend@s, que tarde o temprano irán apareciendo en este blog. Algunos ya lo han hecho.
La oficina está situado en un edificio suizo de 20 plantas, creo que pertenece a algún banco, en el piso 16; tenemos unas vistas fabulosas cuando está despejado, y cuando no lo está se pueden tomar fotos como esta.


viernes, noviembre 25, 2005

 

Pavía, ciudad de arte

Al día siguiente de visitar Venezia, Miguel (mi primo) y yo nos fuimos a Pavía. Desde luego no elegimos el mejor día, pero si el único disponible. Ya cuando salíamos de Milán llovía, pero haciendo gala de nuestra virilidad solo partimos con un paraguas personal e intransferible, como descubriríamos luego, debido a sus dimensiones.

De Milán a Pavía nada, 30 minutillos en tren. Pero luego, como llovía, madre de dios. Abandonamos la estación dando por sentado que encontraríamos la oficina de información abierta y que podríamos comprar un paraguas en cualquier esquina. Sendos errores.

La oficina de turismo cerrada en Domingo. Solo abre de Lunes a Viernes. ¿Es mi forma de pensar o lo más lógico es que abriese en fin de semana? Total, que hicimos un apaño, fotografiamos con la cámara digital un plano que había en la puerta de la oficina y con eso recorrimos Pavía. Ingenioso, ¿no? Me joder reconocer que la idea no fue mía. Y eso que no me perdía uno de McGyver.


El siguiente objetivo era conseguir un segundo paraguas porque uno de los dos, el que no portaba el paraguas, se estaba empapando. Ni en tiendas, ni en kioskos, ni en supermercados... conseguimos llegar al primer punto de interés que señalaba el mapa casi buceando... ¡y estaba cerrado! En ese momento el nerviosismo pudo con nosotros y retornamos a la estación de tren, mi primo pensando que allí encontraría un paraguas y yo decidido a regresar a Milán. Nuevamente la idea genial fue suya. En la estación vendían paraguas.


A partir de ese momento nuestra suerte cambió. Tras un breve avituallamiento, chocolate y galletas, partimos convencidos a visitar la Certosa de Pavía, que se encontraba a 20 minutos en autobús de la ciudad. Increíble. Nos fascinó. Además de ser gratis hay un guía de la orden, los Certosini creo que recordar, que nos hizo un recorrido tanto artístico como histórico de toda la Cartuja; una inmersión completa en la vida de hace unos siglos. Aquí tenéis otro de mis fondos de escritorio.


Pues nuestra grata sorpresa no acabó con la Certosa. Al regresar al casco urbano y con el ánimo reestablecido, nos embarcamos a visitar todos y cada uno de los monumentos , calles, iglesias y castillos marcados en el "mapa digital". A pesar de ser una ciudad relativamente pequeña, todas y cada una de las catedrales que visitamos nos dejó boquiabiertos. No tiene desperdicio.


Increíble la de satisfacciones que alcanza uno tras lograr un paraguas. Como dirían por ahí, no somos nadie.

martes, noviembre 22, 2005

 

Venezia, La Serenissima

Que decir de esta ciudad que no hayáis oído.

Está a unas 3 horas y media de Milán en tren. Un trayecto pesado si no vas en buena compañía y regresas con los mismos compañeros jugando a representar y adivinar películas en el vagón, acabando el resto de ocupantes del mismo por abandonarlo y sentarse en el pasillo.

Como la describe Reid Bramblett en Frommer's Northern Italy, una guía de viajes, y haciendo una traducción libre: '... ciudad imposible de palacios de piedra que parecen flotar sobre el agua...'. En realidad creo que básicamente la ciudad está cimentada sobre barro, o, al menos, eso me contaron. Y como prueba de ello valga esta imagen.

Lo cierto es que siempre me había fascinado conocer esta ciudad. Sin coches, ni guaguas (autobuses) ni motos. Todos los medios de transporte sobre el agua: las barcas-taxi, los vaporettos (hacen las veces de autobuses), góndolas...

No imaginano a pensar como la construyeron toda ella. Porque además de lo particular que ya resulta, existen un sinfín de edificios de notable construcción dignos de visitar.
Se pueden disfrutar panorámicas de ensueño, tal que esta que ahora mismo utilizo de fondo de escritorio. Reconozco que no realicé yo la instantánea, pues carezco del talento natural para ello.

Después de recorrer numerosas calles siguiendo a nuestra guía, que reconozco acertó en todas sus decisiones, llegamos a Piazza San Marco. Indescriptible. Es uno de los aspectos que más me está llamando la atención. La vida que se respira en las plazas que siempre hay en las cercanías de los principales reclamos de una ciudad. A la vez actividad y relax.

No os voy a aburrir con los detalles de la visita, pero en breve colgaré un link con el vídeo que realizamos de la misma, para l@s que estéis interesad@s. Y si a algun@ le apetece, nos podemos tomar un cafelito en Venezia.





viernes, noviembre 11, 2005

 

Visita de un "primote"

Hace dos semanas recibí la visita de mi primo Miguel. Desde siempre ha sido el familiar con el que más me he identificado. No me preguntéis porqué. Supongo que, a pesar de nuestras diferencias, compartimos perfiles, aficiones y gustos muy similares.


Estuvo aquí entre el 1 y el 10 de Noviembre. Sirva este post para resumir un poquillo lo que fue su visita. Y para rendirle homenaje por los bienes que me trajo de las Canarias y la ayuda prestada el fin de semana del 19 Noviembre, en el que fue clave para que todos mis planes saliesen bien. Pero ya esto es otra historia...

Se preparó a conciencia y al llegar a Milán ya casi hablaba más italiano que yo. Lo fui a recoger al aeropuerto de Orio al Serio (Bérgamo) a eso de las 17.00 de la tarde, llegando a Milán sobre las 18.00, con tiempo ya casi solo de establecerse y conocer los alrededores. Como no, la primera visita, obligada, fue al baño de la casa, del que seguro se lleva un bello recuerdo, o una tremenda impresión. Aunque recuerdo que le gustó la casa y la maximización del espacio de la cual hace gala.

Durante el día realmente tenía poco tiempo para pasar con él, puesto que yo seguía trabajando. Pero no tuvo problemas en conocer Milán a conciencia; de hecho seguro que lo conoce mejor que yo. Pero al caer la tarde si que nos reuníamos y tuvimos ocasión de hacer lo que mejor se nos da hacer juntos. La primera noche contamos con la inestimable compañía de Eva, Silvia, Raquel y Enrique.


Estos diez días que pasó en "casa" hicimos vida de auténtica pareja... hicimos la compra, cocinamos, limpiamos la casa, lavamos ropa, planché, dormimos juntos... sobra decirlo pero como no sé que mentes calenturientas leen mis palabras... cada uno dormía en una cama independiente.

El fin de semana lo aprovechamos para visitar Venecia y Pavía, pero ambas excursiones las relataré en otro momento.

Los diez días pasaron rápido y le tocó irse. Menos mal que llevamos bien las despedidas.

Desde aquí aprovecho para mandarle un abrazo e invitarlo a disfrutar de mis guisos cuando quiera.

Hasta pronto, "primote".

jueves, noviembre 10, 2005

 

Orio al Serio

Este es el nombre de uno de los aeropuertos de Milán. Siguiendo con mis crónicas atrasadas, voy a relatar una visita a este aeropuerto por lo pintoresca de la misma. Ni es una montaña que escalar ni un lago que vadear, pero se puede pasar un buen rato en un aeropuerto, ¿o no?.
Orio está realmente Bérgamo, provincia de Lombardía cercana a Milán. Es un aeropuerto pequeñito; incluso comparándolo con el de Gran Canaria. Nos había fallado el alquiler del coche el día anterior, cuando visitamos Lugano, pero aún así pensamos visitar Bérgamo por la tarde para luego recoger en el aeropuerto a Violeta, amiga de Silvia.

Nuestra planificación no tuvo desperdicio, aunque yo sigo pensando que la culpa fue de Batman y Robin. Como el avión llegaba sobre la 1.00 de la madrugada, salimos de Milán a eso de las 18.00. Tomamos tren rumbo a Bérgamo por solo 2 € por ser fin de semana. El trayecto se hizo corto, no llega a la hora de duración. No conocíamos la estación de Bérgamo, pero cuando todo el mundo se bajó del tren y este paró máquinas dedujimos que habíamos llegado.

Encontrar el bus que nos llevaría al aeropuerto era el objetivo prioritario, cuya parada estaba menos señalizada que Judea en tiempos de Cristo. Cuando conseguimos llegar a la misma, 15 o 20 minutos después, leemos que el último autobús a Bérgamo salía a las 20.00. ¿Cómo es posible que a un aeropuerto al cual llegan vuelos durante toda la noche no exista medio de transporte público a partir de las 20.00?

Total, que visita a Bérgamo frustrada. Algo vimos de la parte baja de la ciudad, la parte moderna: un garito con muy buena pinta con todos los jóvenes vestidos como para una boda. Y yo de esta guisa.

Total, que después de disfrutar de un vinito y el aperitivo, costumbre curiosa y digna de importar e España, tomamos el bus hacia el aeropuerto con la esperanza de recorrernos uno de los centros comerciales más grandes de Italia, por no decir el mayor, el Orio Center. Craso error.
Cuando nos bajamos del autobús ( guagua para que me entiendan los míos), nuevamente por intuición, ya era noche profunda. Cruzamos por un paso subterráneo con una luz parpadeante digna de Scream y Pesadilla en Elm Street. El centro comercial se veía sospechosamente vacío y falto de actividad a través de una ligera niebla que comenzaba a caer. La imagen superior es una instantánea del aparcamiento, donde no se ve ni un solo vehículo. Nos recorrimos el aparcamiento deseando encontrar un acceso y negándonos a nosotros mismos lo que era evidente: el centro comercial estaba cerrado. Un domingo cerrado un centro comercial. Ni cine, ni terrazitas, ... Los italianos se lo tienen que pasar la mar de bien en sus casas.

Regresamos al aeropuerto, con más niebla que antes y la luz del paso subterráneo parpadeando aún más.
Si de una película se tratase ya me habría cansado de despotricar contra la típica víctima que se dirige siempre hacia el cuchillo del asesino.

La llegada al aeropuerto no fue mejor. Nos metimos por el aparcamiento con una niebla ya considerable, no se veía un alma, solo un ¿vigilante? de espaldas que no se inmutó o no nos oyó. Solo coches y vacío. Tras 10 o 15 minutos vimos signos de vida y los seguimos hasta llegar a la terminal de llegadas. Al fin.


El aeropuerto aunque pequeñito era acogedor. Unas partiditas de cartas, unas cabezadas en el suelo, unas cabezadas en las butacas, unas cabezadas algunas en las cintas para facturar el equipaje, el avión que se retrasa... los que no conocíamos a Violeta pensando que ya podía ser simpática, hasta que finalmente encontramos el lugar más acogedor de todo el aeropuerto.


Si, es el ascensor. Y que calentito que se está. Que invento. A todas estas que llega el vuelo, aparece Violeta y no tenemos regreso hasta las 4.00 o sigo de la mañana. Lo que os digo, un aeropuerto de lo más cosmopolita y comunicado. Pero bueno, esta espera se hizo más corta y llevadera. Y sí, Violeta es muy simpática.


miércoles, noviembre 09, 2005

 

Calcetto

Anoche por fin pude probar el fútbol italiano en toda su esencia. En realidad era fútbol 5 sobre césped sinténtico, que gustazo. Al fútbol sala aquí lo conocen como calcetto. Lo pasé de vicio. Los otros jugadores muy simpáticos me acogieron estupendamente. Eso sí, solo entendía la mitad de lo que decían.

Yo creo que les gusté porque me han hecho un precontrato para jugar un torneo. Yo encantado vamos. Como echaba de menos correr como un poseso detrás de un balón y las agujetas que me acompañan hoy. Eso sí, el alquiler del campo 6.20 € por cabeza. Más de un partido a la semana taxativamente prohibido, tanto por mi salud como por mi economía.

Lo más positivo que he sacado de esta experiencia es la de gente que se puede conocer practicando deporte, en mi caso fútbol. Es, cuanto menos curioso, como una pelota y sin conocer a nadie puedes acabar en un vestuario con 9 italianos esforzándose por hacerse entender e incluso atreviéndose alguno que otro con el español.

Mientras las piernas me lo permitan, seguiré pegándole patadas al balón.

martes, noviembre 08, 2005

 

Lugano, Suiza

Que ciudad más bonita. Limpia, organizada, tranquila... No me importaría acabar mis días en esta ciudad, pero quizás sea demasiado tranquila para residir en ella ahora mismo.

El artífice de esta fabulosa visita fue Mark, a quién aprovecho para presentar en sociedad. La idea original era alquilar un coche en Milán entre Eva, Silvia y yo y luego quedar con Mark en Varese. Pero, alguien realizó una reserva fantasma por internet y nos quedamos sin coche, a no ser que donáseamos uno de nuestros riñones, posibilidad descartada tras mucho deliberarlo. Finalmente, Mark, que reside en Varese, se ofreció a buscarnos a Milán y llevarnos a Lugano, además de resultar ser un guía de excepción. Gracias Mark.

Almorzamos en la plaza mayor de Lugano, y probé por primera vez la polenta a la gorgonzola. La polenta es un plato tradicional del norte de Italia. Cuando lo vi en el plato me pareció poca cosa, pero almorcé a las 14.00 y estuve haciendo la digestión hasta las 18.00.

Lo que más me impresionó de esta ciudad fue tanto el lago, que lleva el mismo nombre que la ciudad, como los patos y cisnes que en él retozaban. También tenía un casino de impresión

Ya de vuelta paramos en Varese. No tuvimos ocasión de visitar toda la ciudad, pero si algunas de sus calles y edificios más importantes. Para lo que no nos faltó tiempo fue para tomarnos un exquisito café en una cafetería con un surtido propio en chocolate de lo más variopinto. Solo decir que la cuchara que nos ofrecían con el café era de chocolate, mmmm.


Que caras de felicidad se pueden arrancar con un cafelito caliente con cuchara de chocolate. Aunque ahora que lo pienso, no era un café. Corrígeme Mark.

lunes, noviembre 07, 2005

 

Un mal día

Pues ese es hoy. Aunque amaneció "radiante", o al menos mi nuevo concepto de radiante, estoy 'cosi, cosi', como dirían por aquí. Aunque ya haré para que cambie; y me lo están poniendo difícil, porque el Ramazzotti como música de fondo no ayuda mucho.

Para empezar voy a recordar buenos momentos en las semanas pasadas, que tuve el blog bastante desatendido y estoy actualizando.

La primera semana de mi estancia en Milán vino a visitarme un amigo de casi la infancia, Rubén. En los últimos años no hemos compartido muchos momentos, pero cuando una amistad sincera nace es difícil que el tiempo la haga olvidar. Yo creo que nos lo pasamos bien, a pesar de que como anfitrión dejo mucho que desear.

Ey Rubén, si te quedaste con buen sabor de boca ya sabes donde localizarme. Ya hasta preparo pasta.

La noche de la foto estábamos en Le Banque, un garito que antiguamente era un banco reconvertido en restaurante y discoteca. Nosotros no fuimos precisamente a cenar. Las chicas de la foto son Eva y Silvia, que junto con Alfonso, el dueño de Hugo, Rut, Mark y yo mismo formamos la expedición becarial del ICEX en Milán. Los presentaré más formalmente y como se merecen porque son un@s chic@s estupend@s. De lo mejorcito de esta experiencia seguro.

¿Véis? Que os decía. Ya me encuentro más animado. Y con un apetito voraz. Voy a avisar a l@s chic@s porque tengo unas ganas de hincarle el diente a la pasta y la ensalada que me he traído...

Hasta pronto.





viernes, noviembre 04, 2005

 

Hugo

Este post va dedicado al último en integrarse a la expedición ICEX en Milán: Hugo.

¿No conocéis a Hugo? Os lo presento. Es el gato "exótico" de Alfonso, becario de Inversiones. Hoy acaba de superar su primer resfriado. Nos tenía a todos preocupados, más a Alfonso que a ninguno, que sufría como un padre la enfermedad de su "hijito".

Ya hoy nos contaba Alfonso como corría, comía y retozaba como si nada hubiese pasado. Y es que el clima de Milán no perdona a nadie, aunque todavía no haga excesivo frío.

Al caso, que le damos la bienvenida a Hugo y nos alegramos de su pronta recuperación.

 

Torino - Turín

Hace dos fines de semana visité Turín, de la cual se dice que es la ciudad más fracensa en Italia o la más italiana en Francia. La razón es parte histórica, puesto que fue la capital de la Casa de Saboya y parte debido a la arquitectura.


Me acogieron dos canariones de Erasmus por estas tierras. Ayoze, compañero de festejos varios desde hace buenos años, y Borja. Me lo pase de miedo el fin de semana: turismo de día y marchita Erasmus de noche para rejuvenecer el espíritu. Ayoze es el que aparece en la foto de arriba, en Il Monti Dei Capuccini, desde donde se tiene una amplia panorámica de la ciudad.



La ciudad en líneas generales me gustó mucho. Muy limpia y ordenada, con el majestuoso río Po atravesándola, a pesar de que muchas calles están en obras por la proximidad de las olimpiadas de invierno.


De entre los sitios que visité destaco la Mole Antonelliana, que alberga el Museo Nazionale del Cinema, y la Cattedrale di San Giovanni Battista, que alberga la Capella della Santa Sindone, donde se guarda y en ocasiones se expone la Sábana Santa. No es que sea yo muy devoto, pero cuánto menos me picaba la curiosidad. La dichosa sábana que tantas ampollas ha levantado no se puede ver ni por descuido, solo una reproducción que está en la entrada de la catedral.

La noche estupenda. Hay numerosos garitos en la misma orilla del Po en los que pasar la noche. Con un poco de suerte podéis acabar como el menda, en un bar a las 7.00 de la mañana con unos sudamericanos intentando venderte todo tipo de sustancias psicotrópicas. Estos eran simpáticos. Aunque no compramos nos invitaron a desayunar y nos llevaron a casa.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Suscribirse a Entradas [Atom]