martes, enero 31, 2006
Friuli-Venezia Giulia
Febrero. El mes más corto del año. Si no habéis empezado, poned en marcha la maquinaria para cumplir todos aquellos planes, propósitos y deseos que os hicísteis antes de comenzar el año.
Yo estoy en ello. Poco a poco. Sin estres pero progresando. Piano, piano.
Un enorme abrazo a tod@s aquell@s que estáis leyendo. Porque me apetece.
Ahora unas imágenes de Friuli-Venezia Giulia, región de Italia más bien poco conocida. A los futboleros les sonará el equipo más representativo de la zone, el Udinese, y a los amantes de la historia supongo les resultarán familiares Palmanova, una fotaleza en forma de estrella de nueve puntas, o Aquileia, gran puerto de finales de la época romana. Los más religiosos habrán oído hablar de la Virgen de Castelmonte.
Pero lo mejor en esta ocasión fue la compañía de Marco, mi compañero de piso y nato en Udine. Jenni y yo nos quedamos en su casa, en compañía de sus padres y familiares en unas fechas tan entrañables, entre el 5 y el 7 de Enero. Nadie mejor que ellos para hacernos disfrutar de la gastronomía, viticultura y paisajes de la región.
Retazos
Santuario Beata Vergine di Castelmonte
Pequeño pueblo al abrigo de los Alpi Giulie, en tierra Friulana, a unos 7 km de Cividale del Friuli y en las cercanías de la frontera con Eslovenia, en el comune di Prepotto.
Città di Cividale del Friuli
Por las calles de esta ciudad se escenifica cada 6 de enero la entrada del Patriarca Marquardo von Randeck el 6 de Julio de 1336. Cómo lo viven.
Grado, isla del sol
Aunque nosotros llegamos con el sol casi poniéndose. Esta isla está unida al continete por una autopista que atraviesa una laguna poco profunda.
Udine
La ciudad está situada en el centro de la región. Se narra que el montículo del castillo de Udine, al fondo de la imagen, se levantó con tierra transportada en los cascos de los soldados de Atila para permiterle ver Aquileia en llamas.
Hay muchas reminiscencias Venecianas en esta ciudad. El reloj con los dos moros a mi espalda es una réplica exacta del que se levanta en Piazza San Marco.
Gemona del Friuli
Tristemente alcanzó popularidad tanto en italia como en el mundo por ser la capital del terremoto de 1976. Se reconstruyó gracias a la solidaridad nacional e internacional y al fuerte apego a su tierra de los propios habitantes.
Casi el 100% de la ciudad se vino abajo. Nadie lo diría porque la han reconstruído usando materiales y diseños que reproducen los primigenios.
No puedo cerrar este post sin dedicar un fuerte abrazo y un sincero agradecimiento a la familia que de tan buena gana nos acogió en estas fechas tan especiales. Nos hicieron sentir como en casa.
martes, enero 24, 2006
Fin de año. Cambio de look.
Aprovechando que tengo en casa una peluquera exquisita, y siendo consciente de lo a pecho que se iba a tomar este trabajo, decidí cortarme el pelo. Decisión que había tomado hace tiempo pero que por una razón u otra había pospuesto. Y así quedé.
- Raúl, hermano de Eva, maño y residente en ... Salamanca. Un saludo Raúl.
- Eneida, novia de Raúl, brasileña y residente en ... un abrazo donde estés.
- Eva, chica COMEX, maña.
- Silvia, chica MODA, digamos madrileña.
- Jennifer, canaria, residente en Milán y mi novia.
- Un servidor.
Pero todo llega a su fin y nos tocó volver a casa. Con la sensación de timo en el espíritu porque nos habían confirmado que la fiesta acababa sobre las 7.30, algo inusitado en esta ciudad a lo largo del año, y a las 6.00 ya nos estaban echando. Ahora, que mi cuerpo lo agradeció enormemente.
viernes, enero 20, 2006
Un 30 de Diciembre
Poco después de atravesar este parque llego a la estación de metro y tras solo tres paradas vuelvo a la superficie justo delante de otro parque, i Giardini Pubblici, a todos los efectos pulmón del núcleo de la ciudad.
En 15 minutos me pongo en la oficina, siempre bordeando el citado parque, teniendo tiempo para hacer el tonto emulando a Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia; pero con nieve, que tiene más mérito. ¿Quién es la chica que aparece en el cartel tras de mí?
La que se esconde bajo el paraguas es Jenni, pero que la nieve la azote la cara, a pesar de sus propiedades terapeúticas, no es una de sus pasiones. Para los adictos a http://diplomaticos2005.blogspot.com: ¿a la bicicleta nevada de qué compañero becario os recuerda la que aparece en esta foto?
jueves, enero 19, 2006
Nochebuena en Venecia
En nochebuena no volvíamos a nuestra tierra, a Canarias. Este año debíamos vivir nuestra primera navidad fuera de casa, y elegimos como destino Venecia. Se podría pensar que es una época poco adecuada por el frío, pero nada más lejos de la realidad...
No os voy a contar nada que no sepáis de Venecia. En este mismo blog tenéis otro post dedicado a esta ciudad tan particular. El día 24 llegamos a Venecia que nos recibió con una mañana soleada pero fría.
Era la primera vez que venía con Jenni a esta ciudad, lo que le daba a esta visita un aliciente especial. Disfruté viéndola pasear entre canales y posando cual sirena, eso sí, con plumino. ¿Os imagináis una ciudad moderna sin asfalto, coches, motos, autobuses, ...? Es difícil.
No podíamos dejar de visitar la plaza de San Marco, emblema de la ciudad. Yo, muy orgulloso de mi signo zodiacal, no pude evitar posar junto a un congénere marmóreo. En el fondo somos gatitos, pero que nos gusta rugir.
Desde lo alto de la Basílica de San Marco se puede disfrutar de una panorámica de toda la plaza San Marco, o casi toda. Es preciosa. Cuando nos tomaron esta foto estaba casi vacía, pero podéis ver al fondo como cae la niebla. Y es que esta ciudad, aunque parezca que desvarío, es preciosa bajo la niebla, casi mágica. Es una lástima que no tenga una cámara decente, porque todas las fotos que saqué al caer la noche, de los canales y las callejuelas entre brumas, cual Londres victoriano, son de una calidad lastimosa.
Hicimos noche en un hotel con decoración del siglo XVII, en la que de niño había vivido Marco Polo; impresionante. El momento nostálgico llegó al hablar con nuestras familias. Cómo se les echa de menos, sobre todo en fechas tan señaladas. No pudimos disfrutar ni del marisco ni del cerdo con los nuestros, pero sí que saboreamos unas buenas pizzas y vivimos juntos nuestra noche buena particular.
Al día siguiente, a poco de despertarnos y cruzar el puente Rialto (nuestros aposentos eran cercanos) nos asediaron los gondoleros. Tras un duro regateo conseguimos un paseo en góndola en exclusiva para nosotros. Confieso que me parecía de lo más blando hacer tal paseíto. Pero cuando te vez dentro, con toda una góndola y su gondolero a tu disposición, surcando los canales, entre palacios con siglos de antigüedad, abrazado a tu pareja...No dejéis de hacerlo, por típico que os parezca.
Tras patear Venecia de cabo a rabo embarcamos rumbo a Lido, ¿os suena? Pues allí se celebra la famosa muestra internacional de cine de Venecia y... tiene carreteras. Es una isla pequeñita y alberga la playa de Venecia. ¿Playa? Bueno, se le asemeja bastante en el concepto.
Si os animáis a hacerme una visita y no habéis estado en Venecia os obligaré a hacerlo. Con suerte por unos 20 € y unas 7 u 8 horas de tren desde Milán corroboraréis aquello que véis.
martes, enero 17, 2006
La odisea. El post. Alemania - Austria.
Dejamos atrás la gasolinera sin pensar en ningún momento en dar la vuelta o retroceder. Nos encontrábamos en St. Moritz, Suiza. No podíamos superar los 50 km/hora por las cadenas. Pero os aseguro que, todavía con el susto en el cuerpo, tampoco nos apetecía.
Rodeados de nieve
Smart Magnum
Al día siguiente tocó reparar la cadena, limpiar el Smart de nieve, que no es tarea fácil. Afortunadamente la chica que movía los hilos en el motel nos ayudó desinteresadamente facilitándonos herramientas y un techo bajo el que limpiar el Smart. Acabó de caer en la cuenta de que tanto el hotel como el coche eran Smart, ¿casualidad? Nuestro más sincero agradecimiento a aquella desconocida.
La tormenta continuaba, quizás con menos fuerza que el día anterior, pero fuimos más prudentes y decidimos volver, pero esta vez tomando las autopistas y carreteras principales. Auguramos un regreso de lo más tranquilo, una vez alcanzaramos la primera autopista.
Pero antes de hacerlo, la cadena recién reparada se rompió nuevamente. Circulamos como pudimos hasta la siguiente gasolinera en la que no habían cadenas con las medidas de nuestras gomas y no podían reparar la cadena rota. Avanzamos algún kilómetro más, con serias dificultades, hasta que encontramos, no sé bien como, a un señor que tenía una especie de taller y hablaba una especie de inglés. Nos vendió unas cadenas bastante económicas y con estas ya estábamos seguros de llegar a casa.
No iba a ser tan fácil. La cadena nueva no duró ni 5 kilómetros. No la había ajustado con la suficiente tensión y se rompió el mecanismo que la mantenía atada a la goma. Usamos la otra cadena del juego y continuamos. Os aseguro que cambiar una cadena a tan baja temperatura puede ser toda una pesadilla.
Los Alpes aún nos deparaban una pequeña sorpresa. Una cola kilométrica de vehículos nos impedía el paso. Es increíble la paciencia que tienen por estas tierras. A los 5 minutos de espera, sin saber que pasaba, estaba desesperado... y nadie se movía de su automóvil, ni siquiera se veían caras de impaciencia. Decidí averiguar que pasaba. Me abrigué hasta las cejas, dejé a Jenni al volante y me lancé a la carretera. Tras media hora caminando seguía viendo a lo lejos la cola. Pude encontrar a un inglés que volvía del inicio de la misma y me dijo que una avalancha había cortado la carretera y que al menos harían falta varias horas para despejarla. Cerca de las 18.00 horas tomamos la decisión de dar la vuelta y hacer noche en el primer pueblo que encontrásemos. Una noche en Austria. Una noche en Reute.
Una noche en Reute
Encontramos un hotel de lo más acogedor, donde disfrutamos de una suculenta cena a un precio realmente asequible. Por un momento olvidamos los precios prohibitivos de Milán y nos dimos un homenaje. Una noche con el lujo de aquella justificó la marcha atrás.
Parte posterior del hotel
El día amaneció soleado, pero seguía haciendo demasiado frío como para que los pajarillos cantasen. Reanudamos el regreso con la certeza de que no existirían más contratiempos. Nunca digas nunca jamás. Poco antes de alcanzar la autopista se rompió la otra cadena, seguro que ya habéis perdido la cuenta del número de cadenas que hemos utilizado, roto, reparado... En definitiva, no nos quedaban más cadenas y la impotencia nos podía. Decidimos quitar las cadenas y avanzar con la mayor prudencia posible hasta alcanzar la autopista. Y así hicimos.
La autopista ya estaba completamente limpia de nieve. Sin las cadenas me sentí como Forrest Gump cuando se deshizo de aquellos aparatos que le impedían correr. Pero los hados nos guardaban una última sopresa. El agua del limpiaparabrisas se había congelado, y la luna delantera se ensuciaba cada vez que nos adelantaba un vehículo. Con el sol de frente y las gotitas en la luna no se veía nada. Demonios. No veíamos con la nieve, no veíamos con el sol. Cada 4 - 5 kilómetros nos deteníamos en el arcén para limpiar la luna hasta que, ya en territorio italiano, se descongeló el agua del limpiaparabrisas.
Rumbo a Milán, rumbo a casa.
lunes, enero 16, 2006
La odisea. El post. Suiza.
Además, ansiosos por conocer hermosos parajes con vistas panorámicas de ensueño, optaron por no tomar la autopista, sino atravesar pueblos y ciudades utilizando carreteras regionales. Un día soleado como pocos, no en vano las previsiones meteorológicas estimaban que se avecinaba un fin de semana con buen tiempo. ¿Desde cuándo hacemos caso a las previsiones meteorológicas?
El trayecto hasta llegar a Suiza fue perfecto. El sol brillaba y según nos acercámos a los Alpes, la nieve lo cubría todo a nuestro alrededor. Nunca habíamos visto más de 2 cms de nieve en nuestra isla, así que nos parecía de ensueño todo cuanto veíamos, como esos pequeños pueblos entre lagos y montañas de una altura temible.
Según ascendíamos la montaña el sol iba desapareciendo y la presencia de nieve aumentando, pero fascinados por las vistas no eramos conscientes de hacia donde nos dirigíamos de tan buena gana.
El modelo de viviendas y pueblos cambió radicalmente; desaparecían el cemento y la piedra y aparecían las cabañas de madera. Que había debajo de la nieve es algo que no nos paramos a constatar.
Yo conducía y observaba todo al más mínimo detalle. Sin embargo, no me percaté de lo limpia que estaba la carretera en comparación con los alredederos... y de que esa situación podía cambiar. Efectivamente, cambió. Una curva a la izquierda y repentinamente toda la carretera helada. Y digo bien, helada, no nevada. Perdí el control de la dirección y, por muy presente que tuviese que no debía pisar el freno, instintivamente lo hice, precipitando el vehículo describiendo un círculo hasta el lateral derecho de la calzada, donde fui capaz de controlarlo rozando solo ligeramente la barrera protectora de ese lateral. Antes de ser conscientes del peligro, echamos una ojeada al lago que nos hubiese acogido agradecido si no llegamos a controlar el vehículo. Nos permitimos el lujo de tomarle una instantánea.
Atenazados por el pánico a repetir la experiencia, y dando gracias de no haber chocado con ningún vehículo que viniese de frente ni habernos sumergidos en las gélidas aguas del lago, decidimos continuar hasta encontrar la primera gasolinera. Ese pequeño susto no nos iba a hacer desistir de nuestra empresa. Tras varios patinazos, pero ya más controlados gracias a la experiencia previa, alcanzamos la gasolinera, cuya dependiente ni tenía idea de cadenas ni hablaba demasiado bien el italiano, que no es que yo lo haga.
Afortunanadamente encontramos a un italiano acostumbrado a atravesar los alpes en automóvil que nos aseguró que era imprescindible que utilizásemos las cadenas durante todo el trayecto porque llevábamos gomas de verano y las necesitábamos de invierno. ¿Gomas de invierno? A ver, que soy de Las Palmas. Ni de invierno ni de verano, allí usamos gomas y basta. Total, que pillamos unas cadenas y ponerlas... fue otra aventura.
Las instrucciones no eran muy complejas, y lo que no entendía yo me lo aclaraba Jenni, haciendo gala de un instinto del que yo, desde luego, carezco. Congelados como nunca, conseguimos emprender la marcha más tranquilos porque llevábamos cadenas; el problema es que ahora no podíamos superar los 50 km/hora.
jueves, enero 12, 2006
Bérgamo, morada sobre el monte
Donde mejor me lo pasé, como un crío, fue en La Rocca, que se convirtió en sede de las tropas italianas y prisión para delitos comunes, tras la liberación de Bérgamo de los austriacos, que marcó el ingreso de la ciudad y su territorio en el reino de Italia. Eso fue en junio de 1859. No hace tanto.
Estas fotos las tomé pocos días antes de leer que Banyú se alzaba en armas en su post Belgrado (y cuarta parte). Ahora estoy preparado para hacerle frente. No os podéis imaginar la colección de soldaditos, tanques, artillería, aviones, etc., que tenía de pequeño. Poder jugar con ellos a esta edad me hizo rejuvenecer.
Llevábamos unos días buscando un árbol de navidad para decorar la casa. Pues antes de regresar de Bérgamo, topamos con un mercadillo. ¿Y qué encontramos en el mercadillo? Cosas del destino. Pues será Milán pequeño que compramos el árbol en Bérgamo y lo paseamos hasta Milán. Algunos nos miraban con una cara entre lástima y sorna. Ahora, que quedamos contentísimos con el rendimiento del arbolito. De hecho lo hemos recogido esta semana.
miércoles, enero 11, 2006
Llegó Jenni... y con ella la Navidad
Ese mismo día hicimos su primera visita nocturna a Milán. No podíamos dejar de ver el Duomo y la galería Vittorio Emanuele, que ya estaba decorada para recibir la navidad, donde luce este espléndido árbol decorado con 8000 cristales de Swarovski, que se ha convertido en todo un clásico de esta ciudad. Por cierto, a esta galería le debo medio post y una visita en condiciones.
El Toro es fácilmente reconocible en el interior del ala principal; se trata de un mosaico de bella factura que además se convirtió en símbolo de la sexualidad y de la potencia sexual con supuestas cualidades afrodisiacas.
Para obtener estos supuestos beneficios, la antigua tradición milanesa dicta que se debe situar el tacón izquierdo sobre "las partes" del toro", actualmente se puede observar un pequeño socavón en lugar de las mimas de tanto pisotón, y girar sobre el talón 3 veces en sentido horario. Llegados a este punto se adquieren los poderes sexuales por el resto de la vida.
Actualmente ha perdido parte de su encanto y se supone que basta con realizar un pequeño giro con el talón sobre los nobles atributos para obtener suerte. Yo por si acaso giré las tres veces, que nunca se sabe.martes, enero 10, 2006
Monza, cuna de la civilización briantea
Los primeros indicios de núcleos urbanos en Monza rondan el año 50 a.C., seguramente una estirpe celta que se sometió al proceso de expación de César. Testimonio del paso de los romanos restan grandes construcciones civiles: puentes, calzadas y acueductos. Pero el mayor periodo de esplendor lo vivió Monza con la llegada de los longobardos.
Para conocer más de esta ciudad y su historia recomiendo visitar este enlace como punto de partida.
Os dejo algunas fotos de mi paso por Monza. La tranquilidad y la decoración navideña invitaban a imaginar un futuro en Monza. Delante del Palazzo Reale se ubica el Monumento a los caídos. Cuando visité la ciudad estaba en obras, y hace unos minutos me han contado que han encontrado ruinas romanas .
Por último, a eso de las 5 de la tarde, me acerqué a la villa y los jardines reales, con el fin de visitar el famoso autódromo. Pero a las 5.15 ya era completamente de noche y tuve que dar la vuelta, por lo que me resta otra visita, si no más, a esta entrañable ciudad.
miércoles, enero 04, 2006
San Siro
Era una oportunidad única para visitar San Siro. Claro, que el partido empezaba a las 20.45 y eran las 19.30. Las posibilidades de conseguir entrada imaginaba que eran casi nulas, pero aún así, y a pesar del frío, me dirigí al templo del fútbol italiano, el Stadio Giuseppe Meazza.
Nada más llegar al metro ya se olía el ambiente futbolero. Casi todo el que a aquella hora andaba por el metro llevaba alguna bufanda o indumento alusivo al Milán. Sin saber bien donde se localizaba el estadio decidí que lo mejor era seguir aquella marea rojinegra. Y, efectivamente, tras coger un metro y sacar los codos en un bus para apenas coger aire, arrivé a las inmediaciones del estadio.
Testarazo y primer plano de las estrellas
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