fito en el mundo

Como cambia la luz nuestra percepción no solo de lo que nos rodea, sino de nuestra propia existencia. El aspecto de las ciudades cambia, los rostros de las gentes se ilumina, las comidas son más sabrosas, decenas de nuevas perspectivas se abren ante nosotros. Todo ello solo porque hay menos nubes, desaparecen las lluvias y las nevadas y podemos dejar nuestros abrigos colgados en el armario. Para ilustrar el cambio unas fotos de Jennifer. Desde luego tiene más gusto que yo para tomar esas instantáneas que a los cazadores de monumentos se nos escapan.

Parecerá un tópico, pero yo lo estoy viviendo. Milán ya no es tan gris como podía parecer hace unos meses. Parques y jardines que ignoraba se me presentan como posibles tardes de lectura o mañanas de deporte. Monumentos sin vida y rocas inanimadas parecen sonreírme e invitarme a prestarles atención.

Ha hecho casi falta un mes para que sea consciente de este cambio lento e inexorable. Ahora toca disfrutarlo.

Esta última foto se la dedico a Alejandro, compañero destinado en Túnez pero tan ligado a esta tierra que estoy disfrutando este año. Felicidades. Deseo que al final tengas tan cerca estas montañas como deseas, después de disfrutar los "rigores" del desierto.

No me olvidó de animar al Sevilla y desearle que esta noche llegue a la final de la copa de la UEFA y haga feliz a tanto seguidor incondicional repartido por el mundo. Ayer me toco sufrir con el Barça y saborear la satisfacción de superar una eliminatoria tan difícil.